Cebú City (Filipinas), 1 oct (EFE).- 

El Gobierno de Filipinas movilizó este miércoles a efectivos militares y equipos de guardacostas para el reparto de asistencia humanitaria en respuesta al terremoto de magnitud 6,9 registrado la noche del martes en el centro del país y que ha dejado de momento al menos 60 muertos.

Varios helicópteros y un avión C-130 de las Fuerzas Aéreas transportaron más de 300 sacos de arroz y 100 cajas de fideos, entre otros productos de primera necesidad, hasta las zonas más devastadas por el temblor, que afectó con mayor violencia a la isla de Cebú.

Médicos militares y grupos de ingenieros también viajaron hasta el lugar para cooperar en las tareas de asistencia sanitaria y la reparación de infraestructuras dañadas por el sismo, informa en varios comunicados el Ejército en redes sociales

«El Ejército filipino vigila la situación en Cebú y desplegará tropas según sea necesario para ayudar en las operaciones de búsqueda, rescate y socorro», remarca el cuerpo castrense.

El terremoto de magnitud 6,9 tuvo lugar a las 21:59 hora local (13:59 GMT) del martes a una profundidad de diez kilómetros cerca de la ciudad de Bogo, al norte de la isla de Cebú, según la agencia sismológica de Filipinas (Phivolcs).

Al movimiento telúrico inicial le han seguido casi 800 réplicas, la gran mayoría con magnitudes 1,8 y 4,8, apunta Phivolcs, al remarcar que los temblores de baja potencia cerca del epicentro podrían continuar durante las próximas semanas.

En una rueda de prensa, el secretario adjunto de la Oficina de Defensa Civil (OCD), Bernardo Rafaelito Alejandro, indicó que han recibido informes «de que hasta 60 víctimas mortales a causa del terremoto», y remarcó que la situación «es muy fluida».

Estas cifras procedentes del hospital regional, transmitidas por Alejandro, superan los 26 muertos y 147 heridos de los que había informado previamente la OCD.

A raíz del desastre, las autoridades locales declararon este miércoles el estado de calamidad.

Por su parte, el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., expresó en un comunicado sus «condolencias» a los familiares de los fallecidos y deseó una pronta recuperación a los heridos.

«Animo a todos a mantenerse alerta y a escuchar el aviso de su gobierno local. Juntos, apoyaremos a nuestros compatriotas y reconstruiremos las comunidades afectadas», dijo el mandatario.

A las tareas de emergencia también se han unido equipos de la Guardia Costera filipina, que incluyen perros adiestrados para búsqueda y rescate que ayuden en las misiones para localizar a posibles desaparecidos, indican en su perfil de Facebook.

El centro de Filipinas fue golpeado duramente por el tifón Bualoi el pasado fin de semana, dejando 14 muertos y obligando a evacuar a más de 350.000 personas.

El archipiélago se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría moderados.

El pasado enero, dos sismos de magnitud 6,1 y 5,8 golpearon el sur y el centro del archipiélago causando daños en carreteras, viviendas y parte de una escuela.

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