El norte de Ecuador podría convertirse en uno de los polos cobre y oro más importantes de Sudamérica. El proyecto Cascabel, ubicado en la parroquia La Carolina, provincia de Imbabura, es considerado por expertos y organismos internacionales como uno de los yacimientos más grandes del continente, con potencial para transformar la matriz exportadora del país.
SolGold, la minera que tiene la concesión del proyecto, confirmó en su último comunicado del 10 de noviembre de 2025 que el área Tandayama-América (TAM) , una extensión del bloque Cascabel, presenta una mineralización excepcionalmente accesible.
En el área de Tandayama-América, ubicada unos tres kilómetros al norte del depósito principal Alpala (dentro del proyecto Cascabel, la minera australiana reportó uno de sus resultados más prometedores hasta ahora.
Un pozo de perforación encontró 160 metros con altas concentraciones de cobre y oro, desde apenas 11 metros bajo la superficie, con un contenido promedio de 0,77 % de cobre equivalente (0,38 % cobre y 0,46 gramos de oro por tonelada).
Dentro de ese tramo, hubo zonas aún más ricas: 92 metros con 0,93 % de cobre equivalente y, en el mejor segmento, 14 metros con 1,58 %, lo que confirma que el mineral se encuentra muy cerca de la superficie.
Estos resultados refuerzan el potencial para desarrollar una mina a cielo abierto en la zona, algo mucho más rápido y económico que una explotación subterránea. Además, apuntan a la posibilidad de una producción temprana en el complejo Cascabel, lo que aceleraría los retornos para la empresa y el país.
Ensayos previos ya habían mostrado buenas señales: en otra perforación se registraron 166 metros con 0,44 % de cobre equivalente también desde poca profundidad, lo que confirma la continuidad del yacimiento.
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Según el estudio de prefactibilidad del proyecto, Cascabel, en su fase inicial subterránea en Alpala, tiene un valor neto presente de $5.400 millones y una tasa interna de retorno del 33 % antes de impuestos.
“El nuevo descubrimiento es clave porque abre la posibilidad de una mina a cielo abierto, una modalidad mucho menos costosa y más rápida de poner en marcha que la minería subterránea tradicional”, explicó Carlos Morales, ingeniero en minas y petróleo.
Hasta ahora, la zona más desarrollada del proyecto Cascabel era Alpala, un yacimiento planificado para explotación subterránea a gran escala, mediante una red de túneles que alcanzarían profundidades superiores a los 800 metros. Este modelo requiere inversiones elevadas y varios años de preparación antes de iniciar la producción.

